El objetivo para el equipo que presentaba USA estaba claro, devolver a los Estados Unidos al lugar dónde tantísimos años han estado y en el que si se lo proponen seguirán muchísimos más, en lo más alto del baloncesto mundial.
Muchos son los detractores del baloncesto que practican, y muchos de ellos son también quiénes durante casi diez de los doce meses que tiene un año siguen al por menor las actuaciones de varios de los integrantes del equipo que han presentado en esta ocasión y que han completado su particular road to redemption.
Pero una vez completado el camino y establecidos en la cima del olimpismo que perdieron hace cuatro años es hora de reconocer sus méritos. Se ha visto que cuando se han concienciado de que las distancias son más cortas que antaño respecto al basket FIBA y que iban a tener que dar un porcentage mucho más alto que el de los últimos tres torneos los resultados han llegado solos. Ya no son las estrellas engreídas que eran antes incluso siendo muchos los mismos nombres. Han conseguido bajar de su nube y codeándose con el resto de los mortales han conseguido establecer su supremacía nuevamente. En el momento que pierdan este concepto volverán a caer, pero el grupo es sólido y las ansias de representar al país dónde se inventó nuestro deporte vuelven a resurgir.
Estados Unidos se jugaba mucho en este torneo, la NBA se jugaba muchísimo más aún, tanto a nivel deportivo demostrando que siguen siendo los mejores sin perder de vista la desbandada de jugadores de nivel medio en busca de frescos euros y sobre todo una cuota de mercado importantísima. No descarto que parte del éxito logrado tenga que ver con esta última condición, pero el caso es que por fin hemos visto un equipo USA como esperábamos muchos, siendo un equipo.
Lejos de las individualidades típicas en ellos también hemos asistido a como se jugaba mucho más en equipo, se tenían estudiados a los equipos rivales y sobre todo tenían establecidas por fin una jerarquía, estando en lo más alto un Dwayne Wade que aún saliendo siempre desde el banquillo ha demostrado que vuelve al sublime nivel del año 2006 y que junto a Kobe Bryant y LeBron James son los que más han tirado del ya conocido como Redeem Team. Tanta ha sido la importancia que cogió en Estados Unidos que incluso se llegaban a hacer comparaciones con el único e ¿inigualable? Dream Team. Comparaciones exageradas bajo mi parecer aunque no descabelladas puesto que el nivel mostrado por este equipo ha dejado bastante atrás al resto de combinados, superiores a los de entonces, salvo en el caso de España que fueron los únicos capaces de jugarles de tú a tú, aunque como ya dijo el gran Pedro Ferrándiz si el partido hubiese durado dos días más el resultado hubiese sido el mismo.
Físicamente muy superiores, individualmente genios y una compenetración media ha sido suficiente para llegar a la finalísima con una ventaja media de casi 30 puntos, que hubiese podido ser muy superior si hubiesen apretado los dientes hasta dónde pudiesen.
Pero llegó la final y los españoles dieron la cara. Muchos de los que me conozcáis sabréis que para mi el pasaporte no deja de ser una anécdota en la persona que lo posea y no entiendo de nacionalidades, para mí todos eran jugadores de baloncesto y se enfrentaban dos equipos, de hecho los dos equipos con los que más he disfrutado en estos Juegos Olímpicos, quizás España más por lo que he visto en años anteriores, pero el caso es que mis verdaderos ídolos, los tíos de los que tengo camisetas guardadas como tesoros jugaban de azul en la final, y con ellos iba mi corazón pese a lo que me resistía a una posible humillación, algo que afortunadamente no sucedió. Desde mi punto de vista terminó siendo el partido perfecto, USA coronada como campeona olímpica y España asombrando a propios y extraños con un Rudy Fernández, mi jugador favorito, desarrollando un papel excelente.
Y no solo para mi fue un partido perfecto, mucha gente más piensa que ha sido el mejor partido a nivel de selecciones de la historia, aunque a muchos otros les queme el resultado y hablen continuamente de adulteraciones arbitrales, que hubo, pero está claro que a nivel individual siguen siendo los mejores algo que no entiendo como alguna vez se ha perdido de vista y más en esta selección con cuatro de los cinco primeros en la carrera por el MVP de la temporada NBA.
Ahora un nuevo ciclo Olímpico y algunos empiezan a caerse, el primero Coach K que renuncia y al que podrían sustituir Mike D´Antoni o Greg Popovic pero en cuanto a jugadores parece que la fiebre Olímpica ataca de nuevo. Veremos que pasa en el próximo mundial, pero hasta entonces podemos decir que son los mejores y tienen la continuidad asegurada, cosa que otros muchos no.
Muchos son los detractores del baloncesto que practican, y muchos de ellos son también quiénes durante casi diez de los doce meses que tiene un año siguen al por menor las actuaciones de varios de los integrantes del equipo que han presentado en esta ocasión y que han completado su particular road to redemption.
Pero una vez completado el camino y establecidos en la cima del olimpismo que perdieron hace cuatro años es hora de reconocer sus méritos. Se ha visto que cuando se han concienciado de que las distancias son más cortas que antaño respecto al basket FIBA y que iban a tener que dar un porcentage mucho más alto que el de los últimos tres torneos los resultados han llegado solos. Ya no son las estrellas engreídas que eran antes incluso siendo muchos los mismos nombres. Han conseguido bajar de su nube y codeándose con el resto de los mortales han conseguido establecer su supremacía nuevamente. En el momento que pierdan este concepto volverán a caer, pero el grupo es sólido y las ansias de representar al país dónde se inventó nuestro deporte vuelven a resurgir.
Estados Unidos se jugaba mucho en este torneo, la NBA se jugaba muchísimo más aún, tanto a nivel deportivo demostrando que siguen siendo los mejores sin perder de vista la desbandada de jugadores de nivel medio en busca de frescos euros y sobre todo una cuota de mercado importantísima. No descarto que parte del éxito logrado tenga que ver con esta última condición, pero el caso es que por fin hemos visto un equipo USA como esperábamos muchos, siendo un equipo.
Lejos de las individualidades típicas en ellos también hemos asistido a como se jugaba mucho más en equipo, se tenían estudiados a los equipos rivales y sobre todo tenían establecidas por fin una jerarquía, estando en lo más alto un Dwayne Wade que aún saliendo siempre desde el banquillo ha demostrado que vuelve al sublime nivel del año 2006 y que junto a Kobe Bryant y LeBron James son los que más han tirado del ya conocido como Redeem Team. Tanta ha sido la importancia que cogió en Estados Unidos que incluso se llegaban a hacer comparaciones con el único e ¿inigualable? Dream Team. Comparaciones exageradas bajo mi parecer aunque no descabelladas puesto que el nivel mostrado por este equipo ha dejado bastante atrás al resto de combinados, superiores a los de entonces, salvo en el caso de España que fueron los únicos capaces de jugarles de tú a tú, aunque como ya dijo el gran Pedro Ferrándiz si el partido hubiese durado dos días más el resultado hubiese sido el mismo.
Físicamente muy superiores, individualmente genios y una compenetración media ha sido suficiente para llegar a la finalísima con una ventaja media de casi 30 puntos, que hubiese podido ser muy superior si hubiesen apretado los dientes hasta dónde pudiesen.
Pero llegó la final y los españoles dieron la cara. Muchos de los que me conozcáis sabréis que para mi el pasaporte no deja de ser una anécdota en la persona que lo posea y no entiendo de nacionalidades, para mí todos eran jugadores de baloncesto y se enfrentaban dos equipos, de hecho los dos equipos con los que más he disfrutado en estos Juegos Olímpicos, quizás España más por lo que he visto en años anteriores, pero el caso es que mis verdaderos ídolos, los tíos de los que tengo camisetas guardadas como tesoros jugaban de azul en la final, y con ellos iba mi corazón pese a lo que me resistía a una posible humillación, algo que afortunadamente no sucedió. Desde mi punto de vista terminó siendo el partido perfecto, USA coronada como campeona olímpica y España asombrando a propios y extraños con un Rudy Fernández, mi jugador favorito, desarrollando un papel excelente.
Y no solo para mi fue un partido perfecto, mucha gente más piensa que ha sido el mejor partido a nivel de selecciones de la historia, aunque a muchos otros les queme el resultado y hablen continuamente de adulteraciones arbitrales, que hubo, pero está claro que a nivel individual siguen siendo los mejores algo que no entiendo como alguna vez se ha perdido de vista y más en esta selección con cuatro de los cinco primeros en la carrera por el MVP de la temporada NBA.
Ahora un nuevo ciclo Olímpico y algunos empiezan a caerse, el primero Coach K que renuncia y al que podrían sustituir Mike D´Antoni o Greg Popovic pero en cuanto a jugadores parece que la fiebre Olímpica ataca de nuevo. Veremos que pasa en el próximo mundial, pero hasta entonces podemos decir que son los mejores y tienen la continuidad asegurada, cosa que otros muchos no.
Yo creo que este año los USA cierran el ciclo que empezaron en Atenas.
ResponderEliminarNo creo que sigan yendo Lebron o Wade todos los veranos.
Oden, Durant, Mayo...darán paso poco a poco a sabia nueva.
Carmelo y Paul ya han comentado que quieren repetor en Londres, lo que no se es si lo haran en los Mundiales de 2010.
ResponderEliminarYo creo que la base de los JJOO de Londres sera esta, quitando quizas a los veteranos que han ido este año, vamos, Kobe y Jason Kidd
Deveria haver ganado españa, si aubieran pitado todos los pasos e faltas de los estadounidenses aubieramos ganado.
ResponderEliminarPor cierto te gustaria intercambiar links???
Un saludo
www.todo-sobre-baloncesto.blogspot.com