Vuelve a sonrerir

Sergio Rodriguez sonrie y eso es una gran notica porque llevaba más de 2 años sin poder hacerlo. Y sonrie porque vuelve a sentirse jugador de baloncesto, al menos el mismo jugador que con toda la ilusión del mundo dio el salto a la NBA y que para muchos nos pareció precipitado, pero era su sueño y lo queria vivir.

Pero lo que ha vivido estos años no era su sueño, más bien fue una pesadilla en forma de entrenador, muy probablemente el peor entrenador que le pudo haber tocado a Sergio, no creía en el juego que podia dar el chacho, correr y romper partidos a partir de la anarquía, no es algo que McMillan podia concebir para sus Blazers y es por ello que Sergio ha estado en un banco al que se acostumbró.

Este verano la vida le dio una segunda oportunidad ( y eso que solo tiene 21 años), fue traspasado a Sacramento y parecia que la nueva vida seria mejor que en Oregón, pero no empezaba del todo bien, Westhpall queria a Tyreke de base (claramente es escolta) y situaba a su lado a Kevin Martin, jugador franquicia, esto relegaba a Sergio al puesto de tercer base, otra vez. La suerte está del lado de nuestro Sergio, la lesión de Kevin le abria las puertas y los minutos tendrían que llegar, pero pasaban los partidos y tampoco.

Las oportunidades llegaron a Sergio a partir de partidos acabados, minutos de la basura que se llaman, hace buenas actuaciones y se gana la confianza en su entrenador que comienza a ponerle minutos de verdad, pero todo esto a partir del juego que todo conocemos de Sergio, ese juego alocado de correr y que él solo sabe darle un cierto orden. Puede que juegue más en unos partidos que en otros, pero ya se ha presentado a la afición de Sacramento como lo que es, siendo el mismo, disfrutando del baloncesto libre, ese baloncesto que estuvo enjaulado en Portland y que ahora vuela libre, libre y feliz, con una sonrisa de oreja a oreja, como debe ser cuando uno juega a algo que ha estado mamando desde pequeño.